miércoles, 22 de mayo de 2013

N2 22 05 2013 Entrega Final



Ciclo de encuentros “Soñando Chile”:

Franco Parisi critica el sistema educacional y plantea la descentralización progresiva de las universidades

El candidato presidencial independiente señaló que se necesita promover la excelencia universitaria en regiones y propone la creación de una superintendencia de educación. Sostiene además que se debe dejar de discriminar a los profesionales según su lugar de estudio y comenzar a valorarlos por sus capacidades.

María Piedad Vergara R.

En el marco del ciclo de encuentros “Soñando Chile” de la Universidad Católica Silva Henríquez, se llevó a cabo ayer una conversación con el candidato presidencial independiente Franco Parisi. Vestido informal y atrasado a la cita, el candidato criticó al actual sistema educacional y a la clase política chilena, señalando que él, como cualquier otro chileno, tiene en sus manos el poder para hacer los cambios que se necesitan.

El ingeniero comercial criticó el actual sistema educativo universitario señalando que se debe dejar de discriminar a los profesionales según su lugar de estudio y comenzar a ver el valor de cada persona según su capacidad. “Me encantaría que los alumnos de regiones estuvieran estudiando en su región y que las universidades regionales sean mejor que ésta universidad y mejor que la mejor universidad de Chile”, señaló Parisi, añadiendo que lo mejor del país está en las regiones y que impera una nueva valoración de las universidades regionales.

Otro de los puntos señalados por el candidato es la necesidad de que en las universidades e institutos exista una carrera académica, en donde cada profesor pase de ser profesor ayudante a profesor titular. A su juicio, con esto se mejoraría considerablemente el nivel docente en los profesores universitarios y con eso, la calidad educativa de cada institución.

 Frente a las aproximadamente 150 personas presentes en el encuentro, Parisi promovió un mayor apoyo estatal para que los alumnos universitarios puedan hacer doctorados fuera del país, fomentando con esto el mayor acceso a oportunidades educativas. Señaló que es de gran importancia para el país contar con doctores en diversas áreas y que es deber del Estado fomentar y facilitar esta experiencia para los alumnos universitarios.

Parisi se refirió brevemente discurso del 21 de mayo pronunciado por el presidente Sebastián Piñera el día anterior, indicando que fue más bien un discurso de despedida que un anuncio de medidas importantes. Esto, a pesar de que el día del discurso en su cuenta de twitter publicó: “Bien por la medida de kínder obligatorio”, dando a entender que apoyaba esa medida del Gobierno.


N2 22 05 2013 Primera Entrega


Ciclo de encuentros “Soñando Chile”:

Franco Parisi critica la discriminación por educación y plantea la descentralización progresiva de la educación superior

El candidato presidencial independiente señaló que se necesita promover la excelencia universitaria en regiones y propone la creación de una superintendencia de educación. El ingeniero comercial sostiene que se debe acabar la discriminación por y comenzar a valorar a los profesionales por sus capacidades, no por su historial educativo.

María Piedad Vergara R.

En el marco del ciclo de encuentros “Soñando Chile” de la Universidad Católica Silva Henríquez, se llevó a cabo hoy una conversación con el candidato presidencial independiente Franco Parisi. Con el profesor de dicha casa de estudios, José De la Fuente, como moderador, el encuentro se basó en los planteamientos y propuestas del candidato en diversas materias, siendo la educación uno de los más tocados.

El ingeniero comercial tiene diversas críticas sobre el actual sistema educativo. Una de ellas, y la que más a dado que hablar en su candidatura, es que se debe dejar de discriminar por universidad y comenzar a ver el valor de cada profesional según su capacidad y no según su historial educativo.

lunes, 20 de mayo de 2013

R2 20.05.2013


40 años del 11 de Septiembre:
Alejandro Artigas Mac-Lean, Director Honorario
del Cuerpo de Bomberos de Santiago

La otra cara de La Moneda

Alejandro Artigas Mac-Lean ingresó a la 1era Compañía de Bomberos de Santiago a los 17 años. Tanto deseaba ser bombero, que mintió sobre su edad para hacerlo un par de meses antes, pues la edad mínima de postulación son 18 años cumplidos. Lo que este apasionado voluntario jamás pensó, fue que sería testigo privilegiado de la historia de Chile a los 23 años, un día 11 de septiembre.

María Piedad Vergara R.

La mañana del martes 11 de septiembre del año 1973, el bombero Alejandro Artigas se despertó de sobresalto. A las 6 de la mañana sonó el teléfono directo y él, como teniente y jefe de guardia de su cuartel, era el encargado de contestarlo. La particularidad de ese teléfono es que comunica el cuartel directamente con la central. Por eso, apenas sonó, Alejandro Artigas supo que se debía a algo importante.
Al otro lado del teléfono se escuchó la voz de la operadora: “Teniente, el Comandante le va a hablar”. El comandante de Bomberos, Fernando Cuevas, le dió la orden de acuartelamiento, es decir, desde ese momento, nadie podía salir del cuartel. Artigas, confundido por el sueño, le comenta que tiene una prueba esa mañana en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. El Comandante le responde con voz enérgica: “Teniente, es una orden.”
De inmediato Alejandro va a despertar a sus compañeros y les señala la instrucción que han recibido. Eran 12 voluntarios de bomberos los que se encontraban ese día de guardia en el cuartel de la 1era Compañía de Bomberos de Santiago. Sus compañeros pensaron que estaba bromeando, pero Artigas fue enfático en señalarles que esta situación era seria y nadie podía moverse del cuartel. Desde ese momento, se inició una larga espera para este bombero y sus compañeros, en donde comenzaron a enterarse de lo que estaba sucediendo por la radio.
Dentro de la guardia habían bomberos con distinto pensamiento político y al mismo tiempo, todos estaban preocupados por sus familias. La situación era muy tensa dentro del cuartel, Artigas notaba a sus compañeros cabizbajos y muy serios. Escuchaban radios de izquierda y de derecha, sin importar el color político, ya que lo único que querían todos era saber y entender qué estaba pasando.
Así se mantuvieron toda la mañana, hasta que escucharon el primer bando emitido por las Fuerzas Armadas. En ese momento, Artigas y sus compañeros quedaron anonadados. Se preguntaban a sí mismos qué era lo que estaba pasando, ninguno de ellos había vivido antes algo así. La tensión aumentó cuando escucharon el bando que amenazaba con bombardear La Moneda a las doce si el Presidente no se entregaba.
11:10
11:20
11:30
No sucedía nada.
El teniente Artigas y sus compañeros esperaban las 12 del día mirando por las ventanas de su cuartel, ubicado en la esquina de Moneda con San Antonio, cómo la gente comenzada a irse del centro de Santiago a sus casas y las calles comenzaban a quedar vacías. Comenzaron los balazos, las ametralladoras, los bombazos y el centro de la ciudad se convierte en un campo de batalla, en donde los leales al gobierno de la Unidad Popular resistían frente a los militares. Los bomberos miraban por la ventana del cuartel, atónitos.
De un momento a otro, dejaron de ser ciudadanos que miraban atónitos la situación. Comenzó a verse fuego en las calles y edificios del centro de Santiago. “Somos bomberos, tenemos que ir a apagar eso”, pensaba el teniente. Pero tenían órdenes estrictas de no salir del cuartel. Los bomberos tuvieron que ver desde las 12.05 horas hasta las 3 de la tarde, cómo La Moneda se envolvía en llamas y ellos, no podían hacer nada al respecto.
12.30
13.30
14.30
Las llamas seguían consumiendo La Moneda.
A las 15 horas se autorizó al cuartel para salir a apagar el incendio en el palacio de gobierno. Artigas recuerda un hecho clave en ese momento: el bando militar que rogaba a bomberos ir a apagar el incendio, cuando Artigas pensaba que los militares nunca rogaban. El teniente alcanzó apenas a avisar a su familia lo que tendría que hacer y dónde estaría. Poco después salieron las máquinas y Artigas llegó al lugar del incendio, a sólo cuatro cuadras de su cuartel.
La primera tarea que debieron realizar fue la “armada”, que consiste en conectar las mangueras a la fuente de agua para apagar las llamas. Artigas tuvo la tarea de conectar las mangueras, en medio de la balacera entre militares y personas que disparaban desde el ministerio de Obras Públicas.
Mientras buscaba la tapa en la calle para abrir la matriz de agua, se dio cuenta de que ésta estaba debajo de un tanque. Artigas se acercó a la ventana del tanque y haciendo señas le pidió al conductor que corriera el vehículo para poder sacar finalmente el agua para las mangueras. Mientras esto sucedía, las balas pasaban cerca de su cuerpo, tan cerca, que podía sentir la ráfaga que dejaban en el aire.
El escenario al interior de La Moneda era desolador. “Nunca pensamos que nos iba a tocar en esas circunstancias, en donde tu sientes el drama humano, ver que los heridos son porque otro le disparó o porque el mismo se disparó, es tremendo”, señala Artigas, quien además asegura que lo más difícil que tuvo que hacer fue tomar la decisión de ver a quien salvar y a quien no.
El teniente Artigas estuvo mucho tiempo controlando el siniestro con sus compañeros y rescatando a quienes se podían salvar. Cuando sintió que había visto lo peor, sucedió algo que jamás olvidará.
El general Palacios, quien estaba a cargo de la operación en La Moneda, se encontraba en una sala con unos periodistas a los que les pidió que grabaran unas escenas. El día se había nublado densamente y la falta de luz afectaba la grabación de las imágenes. El general entonces pidió iluminación para la sala y los únicos que tenían energía eran los bomberos. Artigas vio como un joven bombero se paró frente a la sala con un gran foco de luz en sus manos y se quedó paralizado en la puerta. Lo notó angustiado y decidió ofrecerle ayuda. La decisión que tomó Artigas en ese momento marcaría su vida para siempre: sería el quien entraría a la sala.
Lo que vio apenas entró al salón lo dejó horrorizado. Sobre un sofá, con un fusil en las manos, estaba el cuerpo sin vida del presidente. Artigas se quedó de pie con el foco de luz a menos de un metro del cuerpo de Allende, impresionado frente a tan cruda escena. Los periodistas comenzaron la grabación, bajo la atenta mirada del general Palacios, quien buscaba con esto dejar un registro de lo sucedido con Allende. Al finalizar la grabación, Artigas volvió junto a sus compañeros a sus labores de rescate y a terminar de apagar el incendio que todavía afectaba a La Moneda.
Artigas volvió al cuartel de noche y lo primero que hizo fue llamar a sus padres para avisarles que estaba bien y devuelta en el cuartel. Acto seguido, corrió al baño. Al mirarse al espejo, vio un cadáver. Se había afeitado ese día en la mañana, pero tenía una barba que parecía de tres días. Había bajado por lo menos, un par de kilos. La adrenalina y la fuerza ejercida durante ese día, lo habían dejado agotado.
Al día siguiente, a las 8 de la mañana, sonó el teléfono del cuartel. El teniente Artigas contestó escuchando una voz extranjera:
-Buenos días. Señor, soy periodista de la BBC. Tengo información de que usted estuvo en La Moneda y que usted vio al Presidente…
-No le puedo responder eso, hable con el secretario General, con mi comandante.
-Es que parece que es muy difícil, mire…
-No, de verdad, no le puedo responder eso.
-Por favor. Mire, lo entiendo, pero el mundo está pendiente de una información: ¿El presidente Allende murió?
-Sí.
-Muchas gracias.
Colgó el teléfono y de inmediato fue a escuchar la radio de la BBC: “Confirmado: fuentes confiables, cuya identidad no podemos revelar, han confirmado que el presidente Allende murió”.