lunes, 29 de abril de 2013

E1 29.04.2013

La ex ministra de Educación, Mariana Aylwin. 


Mariana Aylwin, ex ministra de Educación:


“Hoy día no están las condiciones para tener educación gratuita y de calidad para todos”

Ha dedicado toda su vida a la educación y piensa que no es posible, por ahora, una educación gratuita y de calidad para todos los chilenos.  Si hubiese tenido que votar en la acusación constitucional contra Harald Beyer, habría votado en contra. La profesora y ex ministra de Educación, Mariana Aylwin, cree que la destitución del ex ministro sólo generó más polarización política.

María Piedad Vergara R.

La ex ministra de Educación, Mariana Aylwin, no ve con buenos ojos la destitución de Harald Beyer. Siente que se ha aumentado la tensión en el mundo político y que no  se está haciendo un buen trabajo como oposición, pues asegura, se busca más golpear al gobierno que generar liderazgos en la sociedad.

Desde que salió de cuarto medio, Mariana Aylwin se ha dedicado por completo a la educación. Estudió pedagogía en Historia en la Universidad Católica, fue profesora por varios años y cuando fue diputada estuvo en la comisión de educación. Trabajó un año en el ministerio antes de ser nombrada ministra de Educación, cargo que ejerció por tres años. Hoy es directora de la Corporación Educacional Aprender, la cual administra dos colegios, uno en La Pintana y otro en Lo Espejo. Asegura que la corporación donde trabaja es sin fines de lucro y que ellos no son dueños de los colegios, sino que están a cargo de la gestión de éstos.

Al momento de la entrevista, ha pasado menos de una semana desde que el Senado destituyó a Harald Beyer de su cargo como ministro de Educación. En una entrevista con radio Oasis, se mostró en contra de la acusación constitucional contra Beyer y señaló que el suceso sólo contribuía a generar una mayor polarización en el mundo político y social.

 En una entrevista con radio Oasis, usted señaló que la acusación no era buena políticamente. ¿Por qué tiene esa opinión?

Lo que yo dije es que encontraba un error la acusación constitucional, independiente del ministro. Yo tengo una buena opinión del ministro, pero mi tema no era el ministro, no era defender al ministro, podría haber sido mejor ministro o peor ministro y yo habría estado en la misma posición. Lo que yo creo es que la acusación, en primer lugar, no tenía fundamentos sólidos para prosperar, porque, desde mi experiencia, habiendo sido ministra, tengo la convicción de que el ministerio no tiene suficientes atribuciones para fiscalizar el lucro. Además, el lucro es encubierto, no es llegar, fiscalizar y que se note, tú tienes que meterte a hacer unas cosas que el ministerio no tiene la facultad para hacerlas. Y hay otro tema, que es político y a mi es el que más me preocupa, que es la polarización que se produce.

Si usted hubiese estado en la situación de votar, ¿cuál hubiese sido su voto?

Yo habría votado en contra y no tengo ninguna duda de que ese habría sido mi voto. Creo que muchos parlamentarios no votaron en contra por consideraciones políticas, que son válidas, pero a mí me parece que no corresponden en una acusación constitucional, cuando el jurado tiene que actuar de juez y no por consideraciones políticas.

¿Cómo califica usted el actuar de los parlamentarios antes, durante y después de la votación?

A mí no me extraña mucho, la votación contra Yasna Provoste fue exactamente igual. Tengo severos reparos al instrumento “acusación constitucional” porque tal como se ha usado, no necesariamente responde a una acusación constitucional sino a una acusación política. Yo entiendo que se hagan acusaciones políticas, pero no me parece que un instrumento que no es para hacer acusación política se use como tal. En este caso, creo que nadie ganó. Mi consideración tiene que ver con la polarización que se produce en el mundo político, esto divide más.

Como concertacionista, ¿qué le pareció el actuar de la oposición en esta acusación constitucional?

Es absolutamente previsible, yo no veo que sea ni bueno ni malo, es una consecuencia absolutamente lógica de la actitud de Patricio Walker, o la mía. Si uno se desmarca del grupo, vas a ser criticada. Yo diría que a la Concertación le ha costado ser oposición después de 20 años. Vinieron los movimientos sociales y en vez de liderar, de encauzar las demandas, se puso como detrás del movimiento estudiantil y creo que eso fue completamente equivocado. Creo que la oposición perdió una oportunidad estos años de hacer una renovación más profunda.

¿Cómo cree usted que se desempeñará la nueva ministra de Educación, Carolina Schmidt?

Yo creo que ella tiene dos cualidades que pueden ayudarle mucho. La primera es que tiene una muy buena evaluación pública y lo segundo es  que tiene experiencia de haber sacado proyectos en el congreso. Es una persona que, sin ser especialista en educación, a lo mejor va a tener condiciones para relacionarse con la oposición y con los estudiantes que puedan contribuir a desentrampar los problemas que tenemos.

Visión Educacional

¿Es bueno el lucro en la educación?

Yo estoy en contra de dos cosas. Lo primero, de que se diga “somos sin fines de lucro” y se lucre, porque se viola la ley. Y segundo,  que el fin del lucro se preste para abusos, ganancias excesivas, cobros exagerados a los estudiantes y ese tipo de injusticias que creo que tienen que desaparecer. Pero hay un tema de realismo en esto. Yo me pregunto ¿quién va a hacer las inversiones que este país requiere en la educación superior si no puede tener un retorno de esas inversiones? Entonces claro, hay que regularlo y fiscalizar que la ley se cumpla. Pero personalmente creo que esta demanda por terminar con el lucro en la educación es bastante irreal.

Entonces no podría ser posible una educación sin lucro…

Creo que es bastante difícil, porque hay muchos proveedores privados. Entonces ¿cómo lo hace el Estado? ¿Estatiza? ¿No deja que nunca más se creen instituciones privadas? Yo creo que lo que hay que hacer es regular el lucro y fiscalizar. Y si hay instituciones que son sin fines de lucro, que se respete el ser sin fines de lucro.

Según su experiencia como ministra de Educación, ¿es factible una educación gratis y de calidad para todos los chilenos?

Yo creo que no, en un futuro podría ser, pero hoy no, por un tema de recursos. Hay que tener prioridades, a mí me parece que las prioridades están en otra parte, por ejemplo en educación inicial y en formación de profesores. Creo que hoy en día lo que el Estado tiene que hacer es poner los recursos para igualar la educación en todos los aspectos y eso significa poner más recursos donde hay más pobreza, a las familias más vulnerables, a los estudiantes que tienen menos oportunidades. Hoy día no están las condiciones para tener educación gratuita y de calidad para todos.

 ¿Cuál es su visión de la educación en el Chile de hoy? ¿Qué hace falta para mejorarla?

Yo tengo una visión optimista. Si nos comparamos con países de Europa, estamos peor, pero si nos comparamos con América Latina, yo creo que nosotros hoy día somos los mejores en educación. Tengo una visión positiva de cómo hemos ido avanzando, pero siempre faltan muchas cosas. Creo que el mayor déficit es en la formación de profesores y en lo que pasa en las salas de clases, donde todavía hay una pedagogía muy centrada en el profesor y poco enfocada en los alumnos.

Finalmente, ¿qué espera usted del próximo gobierno en cuanto a educación?

Creo que la educación está puesta en la agenda prioritaria y eso tiene que traducirse en los presupuestos y en las políticas. Yo me enfocaría muy fuertemente en la formación de profesores, en el apoyo a los profesores en ejercicio y en buscar una política que eleve la dignidad de la profesión docente. Y por otra parte, me centraría muy fuertemente en educación inicial. Todavía está la concepción de que los niños en pre kínder y kínder van a jugar al colegio y se desaprovecha una etapa de la vida en la cual los niños aprenden de una manera impresionante. 

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